El Espectador

Las escandalosas revelaciones de Wikileaks están siendo criminalizadas por atentar a la Seguridad Nacional y poner en peligro soldados estadounidenses. No son los actos descritos en los documentos secretos los que han puesto en peligro sino su difusión. Si se oculta a la opinión publica unos hechos deleznables como puede esta ejercer un control sobre el gobierno, como se justifica este secretismo. Es ahora y no antes cuando el gobierno de Iraq va a investigar las muertes y torturas denunciadas, por tanto todos los defensores de la democracia deberíamos estar agradecidos. Según el razonamiento seguido por los partidarios del secretismo, cuando la policía realiza un acto ilegal debería silenciarse por temor a alterar el orden publico, véase los desordenes que hubo en Los Ángeles en 1992 al absolver un jurado a policías que propinaron una paliza al motorista negro Rodney King. Si las imágenes del hecho no hubiesen sido publicas no se habría desencadenado los acontecimientos posteriores.

Tengo la sensación que este año ha sido todo un éxito. No he podido ver casi ninguna película de las que tenia señaladas por no haberlas sacado con antelación, cosa que no me había pasado antes, además 45' no eran suficiente para estar de los primeros en la cola del cine. Bueno, estaremos más atenentos el año que viene para que no nos pase lo mismo.